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INFORME: LOS SECRETOS DISCRETOS DEL PSOE

En los once meses que lleva José Luis Rodríguez Zapatero en La Moncloa, se ha producido media docena de episodios políticos con un denominador común: el secreto. Además del presidente del Gobierno, los protagonistas de estas historias son el ministro de Defensa, José Bono, y el de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. En todos los casos, el Gobierno ha reaccionado a las informaciones aduciendo discreción. La promesa de actuar bajo criterios de trasparencia ya ha sido incumplida en innumerables ocasiones con argucias legales o escasez de información pero los casos que resumimos a continuación constituyen un paso más. Son la otra cara del talante.

En los once meses que lleva José Luis Rodríguez Zapatero en La Moncloa, se ha producido media docena de episodios políticos con un denominador común: el secreto. Además del presidente del Gobierno, los protagonistas de estas historias son el ministro de Defensa, José Bono, y el de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. En todos los casos, el Gobierno ha reaccionado a las informaciones aduciendo discreción. La promesa de actuar bajo criterios de trasparencia ya ha sido incumplida en innumerables ocasiones con argucias legales o escasez de información pero los casos que resumimos a continuación constituyen un paso más. Son la otra cara del talante.
1. BONO ATERRIZA EN CARACAS. Durante la gira iberoamericana del presidente del Gobierno sucedió el primer episodio de esta serie. José Luis Rodríguez Zapatero había suspendido su escala en Venezuela por la crisis diplomática abierta entre Hugo Chávez y el presidente colombiano Álvaro Uribe. El Gobierno adujo como razones de la suspensión de la visita la falta de acuerdo en materia naval y “la crisis existente entre Venezuela y Colombia a consecuencia de la detención del dirigente de las FARC Rodrigo Granda”.
 
Sin embargo, el martes 26 de enero de 2005, Libertad Digital tenía noticias de que un miembro del Gobierno había aterrizado en Caracas. Se trataba del ministro de Defensa José Bono. Su visita no había sido comunicada ni aparecía en las previsiones informativas del Ministerio por lo que tenía todos los ingredientes de ser un encuentro secreto, en plena crisis Bogotá-Caracas y con el presidente del Gobierno español de gira oficial por Iberoamérica. La Cadena COPE también tuvo conocimiento de la operación Caracas y recabó las primeras reacciones del Ministerio de Defensa y del principal partido de la oposición, en concreto del responsable de Exteriores del PP, Gustavo de Arístegui, que consideró “muy poco edificante” y “especialmente grave” la estrategia y anunció una petición de explicaciones al titular de Defensa y al de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.
 
El Gobierno se vio obligado a ofrecer una excusa. Desde el Ministerio que dirige José Bono se dijo que el viaje no había sido comunicado dada la “discreción” que exigía “el contenido de los temas a discutir”. No eran otros que negociar sobre el interés de Chávez por encargar buques cargueros a los astilleros de Izar, además de otros intereses relacionados con el gas y el petróleo. Pero la explicación oficial llegaría por boca del presidente del Gobierno. La ofreció desde Chile, en rueda de prensa conjunta con Ricardo Lagos: “Una cosa es una gestión de un ministro discreta y otra es que sea secreta. Podemos distinguirlo perfectamente y puedo asegurarle que los ministros de todos los gobiernos hacen a diario muchas gestiones secretas en lo que son procesos de negociaciones entre países". Reunión discreta, no secreta. La nueva política del PSOE quedaba así bautizada y el término literal lo esgrime ahora Josu Jon Imaz para explicar su avanzadilla en La Moncloa antes de la reunión de cuatro horas entre Ibarretxe y Zapatero. Según informaron fuentes de Defensa y de La Moncloa, la visita de Bono pretendía hacer avanzar posibles acuerdos de venta de material de defensa por empresas españolas y de construcción naval.
 
Lo que también parece claro es que el conseguidor de la reunión secreta fue Raúl Morodo, entonces embajador español en Caracas, amigo de Bono desde su militancia en el desaparecido PSP de Enrique Tierno Galván.

2. BONO EN EL JEMAD. Sin cambiar de ministro, Libertad Digital también dio cuenta en exclusiva de otra visita secreta, esta vez sin salir de España y por motivos bien distintos. El 13 de octubre de 2004, José Bono tenía una reunión informal de ministros de la OTAN en la localidad polaca de Poiana Brasov. En su lugar acudió el secretario general de Política de Defensa, almirante general Francisco Torrente. Los jefes de Estado Mayor –Tierra, Armada y Aire– se encontraban en la comisión de Defensa del Congreso presentando las partidas presupuestarias que les afectan, así que Bono aprovechó para personarse en el número 1 de la madrileña calle Vitruvio, sede del JEMAD (Jefatura del Estado Mayor de la Defensa).
 
Llegó a las oficinas de la división de operaciones del EMACON (Estado Mayor Conjunto) acompañado de un capitán de corbeta y solicitó toda la documentación sobre el desgraciado accidente del Yakolev 42 en Turquía en el que murieron 62 militares españoles. Retiró dos cajas con “multi-carpetas y multi-documentos” y le pasó el recibí a su acompañante para que lo firmara. Esta vez, la explicación del ministro fue “la búsqueda de la verdad” dado su “compromiso con las familias” de las víctimas. Además, adujo que el ministro de Defensa puede visitar las oficinas que dependen de él cuando quiera. De hecho, salió al paso: “lo hice y no tiene por qué ser la última vez que lo haga”. Lo cierto es que nadie informó de esta incursión salvo Libertad Digital.

3. ¿POR QUÉ GEORGE W. BUSH  NO TELEFONEA A ZAPATERO? Es otro de los secretos que se custodian en La Moncloa, esta vez, en género epistolar. Aunque el Gobierno –lo hizo el presidente en su primera entrevista oficial en TVE– bromea con la negativa de Bush a llamar a La Moncloa para felicitar a su nuevo inquilino, este es uno de los asuntos que más preocupa. Se han hecho todos los intentos por aprovechar coincidencias para que el presidente de EEUU y Zapatero se vean, se fotografíen... y de paso hablen de algo.
 
Pero, por el momento, todos han sido vanos. Según el diario El País, hasta el Rey de España ha tratado de cerrar un encuentro. Las últimas informaciones hablaban de Bruselas como posibilidad pero tampoco parecen haber fructificado y ni Condoleezza Rice pasó por España en su gira europea. Zapatero confirmó el último revés norteamericano a nuestra política exterior durante una animada charla con periodistas en el bar del Congreso de los Diputados. Pero las razones del desencuentro parece que pueden explicarse con la correspondencia secreta –o discreta– cruzada entre Bush y Zapatero y que tendría como arranque el enfado del estadounidense por los llamamientos de nuestro presidente a la deserción de Irak lanzados desde Túnez: “usted, señor Presidente, ha vuelto, una vez más, a rendirle honores a Ben Laden”, parece que le dijo. El día de Nochebuena fue Zapatero el que parece que consiguió hacer llegar a Bush otra carta de la que de momento nada se sabe.

4. SUBMARINOS EN GIBRALTAR. Otro protagonista de los secretos del Gobierno es el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. En poco tiempo ha cosechado tres intervenciones por las que ha quedado en evidencia: el submarino Sceptre, el seguimiento a Aznar en el extranjero y el asalto al consulado español en Berna.
 
En el primer caso, el secreto es la comunicación por parte de Reino Unido de la llegada al puerto de Gibraltar de un submarino nuclear muy antiguo, con antecedentes ruinosos y averiado. Todo un Tireless en plena y nefasta negociación –ahora los llanitos pueden vetar– sobre nuestro contencioso más antiguo con el Reino Unido. Cuando se supo de la llegada de la nave, el ministro convocó a la prensa para mostrar su “más enérgica protesta”. Eso sí, admitía que se lo comunicaron “la semana pasada”. En definitiva, ocultó el viaje del Sceptre, lo dejó llegar y luego se quejó. El Gobierno en pleno y el PSOE no tardaron en concluir que la avería del nuevo submarino no se parecía en nada a la del Tireless. En cuanto al episodio de Berna, queda por explicar las razones que llevaron al ministro a dar por zanjada la crisis horas antes de que la Policía asaltara el consulado y comprobara que los secuestradores –ladrones comunes, según Moratinos– habían desaparecido.

5. LA "ATENCIÓN DIPLOMÁTICA" AL EX PRESIDENTE DEL GOBIERNO. También este escándalo lleva la impronta de Moratinos. Parece que los desplazamientos del ex presidente del Gobierno y todo aquél que le acompañe –si es por EEUU, más aún– interesan sobremanera al ministro Moratinos.
 
José María Aznar, Rafael Bardají y Pedro Schwartz aparecen en la carta secreta que el embajador español en Londres, Carlos Miranda, remitió a Miguel Ángel Moratinos. El diario La Razón detalló el pasado fin de semana el informe "urgente y confidencial" que describía los pormenores del paso del ex presidente Aznar por Londres. En esta ocasión la excusa de Moratinos fue: "No creo que haya ninguna anomalía o ninguna cosa extraordinaria en que un embajador de España informe a su ministro de que el anterior jefe de Gobierno está pasando por Londres". Pero el seguimiento de las actividades de Aznar no se hizo sólo en Londres. También fue espiado en Miami. Rafael Bardají, responsable del área de Política Internacional de FAES mostró su estupor por la “estupidez” de los términos de la carta de Miranda que, en su opinión no era sino un espionaje de las actividades de Aznar. Además, en declaraciones a la COPE, dijo tener “constancia de que el cónsul en Miami también ha hecho lo mismo detallando al pormenor no sólo las palabras del presidente en las dos conferencias sino de las personas con las que nos hemos reunido en Miami". "Ya no es, como dice el señor Moratinos, un hecho aislado –lamantó Bardají– sino que parece que responde a una campaña de seguimiento de lo que hace Aznar fuera de España".
 
Otro de los “atendidos”, Pedro Schwartz,  contó en una Carta al Director de La Razón que Miranda se presentó el día 31 de enero en la sala de Autoridades del Aeropuerto de Heathrow "para cumplimentar a Aznar y el grupo de personas que viajábamos con él de paso para los Estados Unidos" con una  actitud "hipócritamente amistosa". El embajador inició la conversación preguntando por su hermano Fernando Schwartz, compañero de carrera diplomática, "luego –prosigue– me preguntó con falsa inocencia sobre el motivo de mi viaje". Su conclusión habla por sí misma: "El señor Miranda no estaba allí como embajador de todos los españoles, sino como espía socialista a sueldo del señor Moratinos”.

6. IMAZ, AVANZADILLA SECRETA DE IBARRETXE. Se trata del penúltimo episodio. El Confidencial Digital dio cuenta el lunes de una reunión secreta en La Moncloa entre el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, y José Luis Rodríguez Zapatero poco antes de la ya famosa entrevista de cuatro horas entre el presidente del Gobierno y el de la Comunidad Autónoma vasca, Juan José Ibarretxe. La reunión secreta se celebró el 18 de enero, un día después, Zapatero acudía a una entrevista en TVE en la que consideraba que esta legislatura debería servir para encontrar el encaje o la posición "definitiva" del País Vasco en el “Estado español”. Rodríguez Zapatero valoraba positivamente los contactos de los Gobiernos de Felipe González y Aznar con ETA, en Argel y Suiza, respectivamente, por lo que si había la "mínima oportunidad" para la paz el también intentaría en lo posible que fructificase.
 
A última hora del lunes 7 de febrero, la cita fue confirmada por el Gobierno y calificada de “normal dentro de las habituales relaciones institucionales”. Y el propio Imaz no ha dudado este martes en recurrir al juego de palabras con el que Zapatero inició la larga lista de excusas: fue una reunión “discreta, no secreta”. Según cuenta el sucesor de Arzalluz a la Cadena SER, el encuentro se produjo entre los días 17 y 20 de enero y negó que la conversación con Zapatero se prolongara durante cinco horas. La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega lamentó que se intente buscar "tres pies al gato" a determinadas cuestiones e insistió en que la entrevista fue "completamente normal" y no tuvo "ninguna trascendencia de ningún tipo". Pero, una vez más, se niega al ciudadano el contenido y las razones de la entrevista.

7. ¿LAS CLAVES DE PERPIÑÁN?
 
Carod y Zapatero en una de las reuniones en abierto.Finalmente se le encontraron al gato los tres pies. Como La Moncloa está abierta a todo aquél que quiera traspasar el umbral llegó Carod, también en secreto. Hay tres versiones de lo que el presidente del Gobierno y el de la Esquerra hablaron: "sólo del mundo de ETA", versión defendida por Joan Tardá que reconoce no haberse enterado de la reunión; "en ningún momento de ETA", corrección posterior del propio Carod; y del Plan Ibarretxe y otras cuestiones políticas, según la vicepresidenta De la Vega que ya no recuerda si en la agenda B hubo o hay más reuniones "discretas". Por cierto, las compara con las que mantiene el presidente con los propietarios de medios de comunicación (¿?).

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