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Un diputado holandés exige prohibir el Corán por ser un "libro fascista"

Hacia Holandarabia. Ese es el temor expresado por un el líder del Partido para la Libertad en Holanda, Geert Wilders, en un artículo escrito con cierto nervio y titulado "Ya es suficiente: prohibid el Corán", donde reacciona a los ataques que vienen sufriendo sus vecinos por parte del círculo islamista instalado en el país. Wilders alerta de la transformación del paisanaje holandés y como remedio propone la exclusión.

Hacia Holandarabia. Ese es el temor expresado por un el líder del Partido para la Libertad en Holanda, Geert Wilders, en un artículo escrito con cierto nervio y titulado "Ya es suficiente: prohibid el Corán", donde reacciona a los ataques que vienen sufriendo sus vecinos por parte del círculo islamista instalado en el país. Wilders alerta de la transformación del paisanaje holandés y como remedio propone la exclusión.
L D (Agencias) En su artículo publicado en el diario holandés Volkskrant y que lleva por título "Ya es suficiente:prohibid el Corán", Wilders traza un paralelismo entre el libro sagrado del Islam y el Mein Kampf ("Mi Lucha") en el que Adolf Hitler expuso sus ideas nacionalsocialistas, la persecución de los judíos y la supremacía de la raza aria. La legislación holandesa penaliza la comercialización del libro de Hitler, aunque su posesión no está prohibida.
 
En opinión del parlamentario holandés, el Corán debería ser también proscrito, incluso en las mezquitas, pues varias de sus suras (capítulos) ordenan a los fieles que "maten a judíos, cristianos y no creyentes, violen a sus mujeres e impongan un Estado msulmán".
 
Este artículo responde a la agresión sufrida el pasado sábado por Ehsan Jami, joven concejal de un suburbio cercano a La Haya que dirige un comité de apoyo para apostatas musulmanes. Jami, laborista y de origen iraní, sobrevivió al ataque fundamentalista, pero la Policía holandesa le ha asignado una protección especial en previsión de nuevas agresiones.
 
El diputado Wilders cita este y otros casos, y concluye que su país lleva camino de convertirse en "Holandarabia, provincia del superestado islamista Euroarabia".
 
"Estoy harto del Islam en Holanda, no más nuevos inmigrantes musulmanes. Estoy harto de las oraciones a Alá y a Mahoma en Holanda, no más nuevas mezquitas. Estoy harto del Corán en Holanda, prohibid ese libro fascista", clama el parlamentario, quien tras el asesinato de Pim Fortuyn en 2002 se convirtió en una de las voces más críticas contra el fundamentalismo.

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