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Antonio Robles

Iniciativa popular por el bilingüismo

Si tan bueno es el sistema de inmersión público, ¿por qué Montilla lleva a sus tres hijas al colegio alemán, donde no existe inmersión en catalán? ¿Por qué va a ser bueno para los hijos de los obreros del cinturón industrial y malo para sus hijas?

Durante años, los diferentes gobiernos nacionalistas de Cataluña han venido sosteniendo que nadie se opone a la inmersión lingüística. Bien, desde el pasado 19 de diciembre de 2007 no lo podrán volver a repetir: una iniciativa popular avalada por 50.000 ciudadanos de Cataluña y promovida por Convivencia Cívica Catalana ha llevado al Parlament una proposición de ley para la enseñanza en lengua materna y el bilingüismo escolar. El profesor de filosofía Francisco Caja ha sido el encargado de defenderla en un hemiciclo con la ausencia total del Gobierno Tripartito, a excepción del Conseller de Educación. Y de los 69 diputados que forman parte de ese Gobierno, sólo 8 estuvieron presentes en la mayor parte de las intervenciones. Una verdadera vergüenza. Seguro que si la iniciativa hubiera sido para reivindicar las selecciones catalanas o exigir una embajada en Liechtenstein, hubiera asistido el gobierno en pleno, el presidente del Barça y la plana mayor de los jefes de informativos de TV3 y Catalunya Radio. Un suponer.

La petición de "inmersión recíproca" de la iniciativa popular dejó claro desde el principio que no se trataba de exigir derechos para la lengua castellana, sino de alcanzar un sistema educativo donde "todos los escolares de Cataluña reciban una educación bilingüe". Ni caso. No era la primera vez que el Parlament rechazaba un modelo pedagógico contrastado a nivel internacional por su alta efectividad educativa: en interpelación parlamentaria, Ciudadanos había pedido parecido modelo, aunque trilingüe (catalán, castellano e inglés), y también lo rechazaron. Como rechazaron el modelo de inmersión lingüística de Finlandia, una vez comprobado que aceptarlo sería el fin del sistema de apartheid lingüístico que hoy padecemos en Cataluña.

Les cuento lo de Finlandia, que se conoce poco. Hace unos meses, el conseller Ernest Maragall recurrió al modelo educativo finlandés para justificar el desastre educativo del sistema catalán de la comprensividad y de la inmersión lingüística. Al fin y al cabo, es el mejor sistema educativo del mundo. Lo hacía obligado por una interpelación de Ciudadanos que se adelantaba al estudio de la Fundación Bofill y al Informe Pisa 2006, que han confirmado los temores entonces denunciados. Tan entusiasmado estaba con el modelo finés que fue a estudiarlo in situ junto al vicepresidente, Carod Rovira, y un séquito de chamanes de la inmersión. Pero desde que volvieron de Finlandia, ni pío. Es como si les hubiera comido la lengua el gato. ¿Por qué? Muy sencillo. El modelo de inmersión del mejor sistema educativo del mundo es una flagrante acusación contra el catalán.

Marita Rodríguez, presidenta de la Asociación por la Tolerancia nos lo explica: en Finlandia, cualquier municipio con un 8% de hablantes o la existencia de 3.000 personas de la lengua minoritaria, sea ésta la sueca o la finesa, ha de ser bilingüe por ley. Y las autoridades tienen la obligación de proporcionar servicio en ambas lenguas sin que nadie lo solicite. Además, la práctica del bilingüismo (sueco-finés) es real, desde la rotulación de calles a la documentación oficial, hasta los usos políticos; sin trampa. La enseñanza, por principio, se realiza en la lengua materna desde preescolar hasta el equivalente de 3º de primaria. A partir de ahí, se va pasando a la segunda lengua, cruzándose con los niños del otro grupo lingüístico hasta acabar con un programa común equilibrado.

A pesar de que en el conjunto del país el finés es la lengua mayoritaria, tienen programas de inmersión voluntaria en sueco. Para acceder a ellos, los niños han de demostrar previamente un nivel apropiado en su lengua materna y, aunque pasan unos cursos totalmente inmersionados, el finés se va introduciendo progresivamente hasta llegar a un 50%. Si se encuentra que un niño tiene dificultades para seguir los estudios en una lengua que no es la suya, se le integra al sistema finés, como decisión del colegio, previa autorización de los padres.

Ahora se puede entender por qué el Gobierno de l’Entesa nacionalista no ha vuelto a referirse a Finlandia: es eficaz y respetuoso con las dos lenguas. Un desastre, vamos.

A los nacionalistas les importa un carajo la eficacia del sistema educativo y los modelos pedagógicos para el aprendizaje de lenguas. Lo único que les interesa es el fin que han preestablecido para hacer del catalán la única lengua oficial de Cataluña y ésta el instrumento para la construcción nacional. Y todo lo que no conduzca a ese fin es rechazado con cualquier disculpa victimista basada en la debilidad de la lengua catalana. Un verdadero chantaje emocional. Mientras tanto, este sistema de inmersión de las escuelas públicas catalanas y concertadas –inmovilizadas por las subvenciones que reciben–, ha llevado a la educación de Cataluña a la cola de España y de Europa.

Y yo me pregunto cuál es la razón por la que el ciudadano corriente ha de creer en un sistema de inmersión lingüística que rechaza su presidente. Si tan bueno es el sistema de inmersión público, ¿por qué el señor Montilla lleva a sus tres hijas al colegio alemán, donde no existe inmersión en catalán? ¿Por qué va a ser bueno para los hijos de los obreros del cinturón industrial de Barcelona y malo para sus hijas? ¿Comería usted en un restaurante donde su propietario lo hiciera siempre en el restaurante de la competencia?

El miércoles 19 de diciembre fue un día histórico: la sociedad civil se levantó por primera vez contra la dictadura de la inmersión. Afuera, en la calle, mientras el señor Francisco Caja, la portavoz del PPC (la diputada Carina Mejías) y yo mismo por Ciudadanos defendíamos el modelo de inmersión recíproco, cientos de personas aguantaban el frío en apoyo a la iniciativa popular. Aparentemente, los 111 votos contra la tramitación de la ley a favor del bilingüismo (PSC, CiU, ICV-EUiA y ERC) contra los 15 a favor de la Iniciativa Popular (PPC y C’s) podrían movernos al pesimismo. Pero no, porque nunca nada volverá a ser igual; la sociedad civil se ha puesto en marcha. Ahora esperan instancias internacionales: el Parlamento Europeo y el Defensor del Pueblo Europeo. Así lo ha afirmado el promotor de la Iniciativa, Francisco Caja, el mismo que el miércoles afirmó en el hemiciclo que los nacionalistas han convertido "la escuela en un correccional lingüístico".

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